sábado, 11 de abril de 2009

BLUE BLACK

Hay en la nube sombras. Me gusta decir blue porque suena más azul. El párpado va aflojándose hasta que el aire entra de nuevo, la risa cae y vuelve la mueca que es la máscara del gesto. La serenidad de la lluvia abrileña me trae vacío frontal a los ojos sonrientes. Tengo una buena noticia que me acompaña titulándome la frente (ya nadie lee la letra pequeña). El ánimo es una palabra de aliento para ciclistas y moribundos tumorales. La palabra ánimo siempre va en silla de ruedas, lo que se llama un sustantivo terminal. Sombras blue en las nubes sin párpados mecidas por susurros de ramas que no saben si gritar clorofilas o ponerse el brasero por lo alto de las copas de whisky. El whisky intoxica y el cambio climático es un camelo de milibares y chicas del tiempo. Otra máscara, otro whisky, más párpado. Y así llegamos al domingo y a las horas del fracaso escondido. Alfombras monstruosas nos llenan de pesadillas la vigilia y queremos entrar por los televisores al vacío frontal de los ojos sonrientes y ya no hay forma porque la forma es un monstruo llenos de muecas que sale los domingos por la tarde cuando la transaminasa está de euforia y el psiquiátrico a la vuelta y la silla de ruedas cerca y el ánimo ya lo hemos dicho. La copulativa siempre inyecta ritmo porque un polvo sin copula es una paja aburrida y lenta. Black.

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