miércoles, 20 de enero de 2010

LO INEXPLICABLE

(María Agustina es el nombre que le ponían a Federica de Suecia si se casaba con Napoleón. Ella, mucho más siglo XXI, se lo rapa, se lo corta, se lo engomina, hasta convertirlo en Agus. Mucho más andrógino, mucho más Igartiburu. Blog clausurado. 12-ix-2009).

Qué importa ser o no ser si esa es la cuestión. María Agustina suena a Enrique VIII como melón rima con jamón. Todo encaja y es bastante. Nadie puede sustituir al melón (una sandía sería una agresión a la rima, una cuchillada al idioma y un mal gusto a la lengua). Quiero decir con esto, Agus, que poco importa quien era Enrique VIII porque la rima es la rima y Carlos III, Juan Carlos I o Amadeo de Saboya, pues no es lo mismo. La música se ha ido como un chiste repetido. La palabra es la que es y no hay otra. No se puede explicar la cara que ha puesto el mono. Este es el problema, la poesía es el arte de temblar e importa un moco las matemáticas del purista porque no hay mayor poeta que Rulfo y nunca hizo un pareado. Dos más dos pueden ser gaviotas (esto lo sabe cualquiera) pero nunca perros, a no ser que la suma la haga el gobierno. ¿Lo sientes ahora?

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