martes, 29 de junio de 2010

LA PIEL

Tu piel brilla como un sol líquido atrapado. Eléctrica como una medusa de aire que nada sobre los poros. La vida es fácil si las tardes traen sonidos de pájaro en las nubes, azúcar, sal y fuego, en forma de uva. El polvo vendrá en otoño, cuando el frío, como una tempestad amarilla. Como la piel, las muecas van perdiendo pose y todo va perfilando su manera y casi nos atrevemos a mirarnos y decirnos las cosas. Habrá que esperar a que la piel nos abandone para dejar de mirarnos el escote -ese ombligo femenino-. Sé que la valentía se mide en llanto y nunca dije este ojo es mío. Hay muchas manos vacías. Mucho dolor sin llorar. Tenemos que decirnos las cosas. Haz el favor, ven un momento, déjate la piel quieta, aparca a un lado tus modales de carmín. Ven, siéntate, cógeme la mano.

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