viernes, 3 de junio de 2011

LA LENGUA

Murieron los sueños cuando labió su lengua y era fría. Oh, lengua, hueso de luna. Lenguó sus ojos para sentir la fiebre de sus lágrimas y todo fue treinta y siete, martes, doce treinta. Se vio saliendo de la cama a buscar su ropa, comprar el pan, trabajo, casa, water, cama. Miles de seres esperando vencer el cariño del aire. El aire incondicional de las esperas legendarias. Más y lento son palabras de la piel. La misma que gime el olor dulce y agrio de las ojeras. Es en la piel donde se engendra el hastío. El tiempo pierde el apetito y entonces el aire es el vacío universal. La tibieza del oxígeno que exhalan los dientes. La vida desdentada de los caldos, boca a boca, botón tras botón en un misterio cerrado. Huesuda verdad de calcio estos besos que buscan los tuétanos del dolor. Los huesos suenan mal, son vértebras asustadas que retroceden de puntillas. La carne se fue con la carne, la luna hizo el resto. En el principio fue el aire y al final todo es un aire de cariño necesario para combatir el frío del verano. Al final todo es principio, todo es amor, vulgarmente hablando.

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