jueves, 24 de noviembre de 2011

LA MADRUGADA

"Cuando a la mañana siguiente despertó de sus rosados sueños se encotró sumido en un vaho de jabón"
Jack London.

Despierto, bajo el filo de madrugada. La obsesión, en su bucle ciego, gira y remueve el frío de la noche. Siento miles de ojos blancos que me observan desde la negritud. El sonido imparte color en el silencio. La puerta intratable de las palabras repiquetea y barrunta visitas. Los ladrones del tiempo perdido aguardan tras las puertas. El bucle imparable sigue girando su loco silencio de palabras, palabras, palabras. Ahora lo sé, Don quijote enloqueció de madrugada. Y más palabras para calmar el ansia y más dolor para saciar la sed. Dentro de la caverna un baile de sombras, fuera una orgía de luz. Oigo a los gatos restregarse por mis ojos. Y una bola de pelo los enturbia de su cariño seco. Por la enredadera de mis labios crecen tus manos y acabas de un portazo diciendo haz así, cógeme la espalda. Entonces el silencio vuelve a su sitio, y el sueño recoge sus manos, tapa mi boca y continúa el tiempo.

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