viernes, 3 de agosto de 2012

EL POZO

Cinco pelos sobre el mar. Apenas un ay sobre el sonido. El helado de fresa, el hielo. Todavía es suficiente para el sosiego. Doce mil millones de ojos sentados sobre el televisor me observan. Y apenas soledando por tardes con semen, ojeras tras las persianas. Hay cinco mineros encerrados en un pozo. La tristeza es simple como el tiempo. A veces un claxon recuerda cremas que vienen de otras luces más cegadoras que el sol. Un anciano se cuelga, un adolescente se masturba, un hombre se escribe. La radio prosigue su latido, el hueso continúa bajo la despensa donde se posa el polvo. Mensajes lanzados en botellas vacías, conversaciones que acaban en silencio. Y pasa una moto chillando coches, y el combustible sigue su sangría, su negra adolescencia de crímenes lentos. Continua soledad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

dices cosas importantes y urgentes, a mi me llegas figura. Por cierto, qué buenas las viñetas de Perico Alemán en el hospital... son para publicarlas...
un abrazo de vuestro Técnico que os sigue en la sombra... en Galicia siempre hay sombra y aquí estoy, currando de camarero...
saludos

Anónimo dijo...

Técnico, son tiempos de mucha sombra y pocos amigos (eso sí es urgentemente importante) por eso el Alemán y tú me parecéis tan lejos estando siempre tan cerca... ¡Un abrazo fenómeno! Y vuelve cuando debas.