viernes, 26 de abril de 2013

LA ALEGRÍA

A Mónica, más.

Insisto en el más, en el pie arriba del tiempo, en el verde de la alegría que nos lleva, engañándonos los ojos. Vivimos a golpes de ojo, a golpes de tiempo dramático que coloreamos de naranja, cortinas y frases hechas. La vida es una enorme soledad a la que mentimos con vino, con piel jadeante y las croquetas del reloj. A veces vamos a la playa a mirarle las tetas al coche, a la salud, a la indiferencia, olvidando las sombras del espejo. Se canta lo que se miente. Nos mentimos la soledad porque de allí  nace la televisión, esa justicia de antifaces con que nos vamos al trabajo. En la mentira crece el olvido porque sin olvido no hay lugar para la alegría que no es más que un movimiento. Leer es otra forma de escribir, es escribir adentro. Contar es un verbo matemático con aviso urgente a la policía. Es la alarma del lenguaje. Narrar es otra cosa pero lejos aún de la poesía, una pose. Narrar se hace en las camillas de estética y yo busco en los basurriales de la lírica por si encuentro la piel salivosa de un cariño. Busco el desgarro de la mejor mentira. Ahora sé que el sinónimo es un eufemismo. Y voy a abrazarte, con la certeza del labio. Acabemos ya con tanta incertidumbre.

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