La ilusión fulminada de la espina
ya no.
Un gato pasa por delante
un niño luce.
Qué piel da la razón.
Ya la miel no se conoce
los tendones piden ayuda a las piedras, las piernas
chocan, van
recogiendo su sonido de lápices caídos.
La vena del pie mira
al dedo -corazón- lo estrangulo
hasta que palpita de muerte, enfrentada.
El pasado de una cometa
nubes, césped y un grifo que gotea.
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