jueves, 19 de febrero de 2015

LO PENDIENTE

Ahora cuesta morirse un poco.
Ahora el cuello vuelve a su importancia
y los ojos a sus cuencas.

Soy la mediocridad consolidada. 

Hay atardeceres nublados,
sierras de nieve donde se puede ver la fragua del mundo.

Toco palabras repetidas
para convocar a la memoria.

Como de sobras, vivo el mañana.

Por la calle veo pasar a las ventanas.

Y veo niños de la mano del tiempo arrancando dolor.

Y llega la lluvia con su tristeza de cristal,
-de la soledad al miedo hay un beso-
con la piel arrugada de lo pendiente.

Toco las palabras.

Que caminen.
Que se lleven.
Que se vayan.

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