Ahora cuesta morirse un poco.
Ahora el cuello vuelve a su importancia
y los ojos a sus cuencas.
Ahora el cuello vuelve a su importancia
y los ojos a sus cuencas.
Soy la mediocridad consolidada.
Hay atardeceres nublados,
sierras de nieve donde se puede ver la fragua del mundo.
Toco palabras repetidas
para convocar a la memoria.
Como de sobras, vivo el mañana.
Por la calle veo pasar a las ventanas.
Y veo niños de la mano del tiempo arrancando dolor.
Y llega la lluvia con su tristeza de cristal,
-de la soledad al miedo hay un beso-
con la piel arrugada de lo pendiente.
Toco las palabras.
Que caminen.
Que se lleven.
Que se vayan.
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