viernes, 15 de mayo de 2015

LA CUCHARA

Como una cuchara sin memoria llega la luz. Ahora tendré que forzar la piel para  llenar el hueco de la cuchara. La cuchara se lo llevó todo con su metabolismo de halcón. Su hambre de polvo como una delicadeza que se pierde y llora, sola de parque y plaza. Reconozco cada segundo, alguien dijo “¡Cómo pasa el tiempo!”, nadie dijo "cada mañana una lengua, cada noche más saliva". Nadie el sueño un enlace de bocas. Nadie los dientes son dedos que manda el ojo. Nadie, "que enfrente no hay nadie", nunca. Así que voy caminando por platos de sopa, chapoteando como un niño en recuerdos de ajo. Jugar es olvidar un poco. La cuchara limpia pero retiene, como el viento, como una zanja. Ahora soy, el recuerdo de esa cuchara.

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