miércoles, 15 de julio de 2015

LA CAJA

La persiana como una caja con agujeros donde mora un gusano. Con el calor se quema el sueño y la muerte se revuelve como una larva. La sangre tropieza, el aire quiere ser tierra, la furia oxígeno. Lejano como un libro camino hacia el opuesto. El tiempo tiene sus modas y hoy he visto volar un selfie. Desde las escamas, las branquias y este anzuelo, un sedal se clava en la distancia del mundo. A través de los agujeros he visto el ojo del polvo clavado en mi retina. Sudaba, le olía el aliento a pulpo, como la boca de los viejos. El cuello se expande cuando se cierra. Y aparecen hormigas por la cocina cortándole los ojos a un gato que ha orinado en la puerta. Fuera se oyen voces agudas, a veces chillan como el ladrido de un perrito al que acaban de pisar. En esa polvareda de gritos el mundo supura su asco y los niños envejecen más rápido. Los agujeros me están mirando.

No hay comentarios: